Carl RogersCarl Ransom Rogers fue un Psicólogo estadounidense co-fundador, junto a Abraham Maslow, del enfoque humanista.
Basó sus estudios en la importancia de la interacción comunicativa y empática humana, en todos los campos sociales, incluyendo la educación, que según su concepción debía tener como centro al educando, para lograr su autorrealización.
Partió de la idea de la bondad innata del ser humano de Rousseau; en el deseo de aprender como propio del hombre; en la percepción totalizadora de la Gelstat; en la confianza en el conocimiento basado en la experiencia; en algunos aportes del psicoanálisis; en el relativismo cultural y científico; y en el existencialismo.
Proclamó la necesidad de educar en forma libre y pragmática, con la función de un maestro que orienta, que ayuda, que brinda condiciones, que escucha, que participa en el grupo como uno más, brindando sus aportes y aprendiendo también de sus alumnos; pero sin imponer conductas, que se desarrollarán de modo espontáneo, intuitivo, respetuoso, afectuoso y natural hacia el perfeccionamiento; pues las potencialidades se expresarán en acto de modo espontáneo, a medida que vaya cambiando en el continuo devenir de su propia existencia y la del entorno.
Cada niño construirá sus conocimientos de acuerdo a su madurez y desarrollo personal, y esto debe respetarse, por lo cal la enseñanza debe ser personalizada, y basada en los intereses del alumno, que solo aprenderá lo que le importe, lo que le sea significativo y para él valioso, lo que irá descubriendo sin planearlo, espontáneamente, en su actuar cotidiano, y él mismo será el responsable de su autoevaluación.
Rogers delinea objetivos en lo que a la escuela se refiere, de la siguiente manera:
- Tratar de crear en la clase un clima de confianza que permite nutrir y acrecentar la curiosidad y el deseo natural de aprender.
- Alentar una modalidad coparticipativa en la adopción de decisiones en todos los aspectos del aprendizaje, en la que investiga los estudiantes, el cuerpo docente y las autoridades.
- Ayudar a los estudiantes a valorarse y a adquirir confianza y autoestima.
- Revelar el entusiasmo que produce todo descubrimiento intelectual y emocional, lo cual despierta en los alumnos el interés por la formación permanente.
- Desarrollar en los profesores aquellas actitudes que la investigación ha señalado como más eficaces para favorecer el aprendizaje.
- Ayudar a los profesores a evolucionar como personas y a encontrar satisfacción plena en su interacción con los alumnos.
- Y con mayor profundidad todavía, a contribuir a que se tenga conciencia de que, para todos nosotros, el buen vivir es algo interior y no depende de causas externas.
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